La parábola del vino nuevo en odres viejos es una de las parábolas de Jesús, encontrada en Mateo 9:14-17, Marcos 2:18-22 , Lucas 5: 37-38
Texto bíblico
La parábola se encuentra luego de la elección de Mateo como nuevo discípulo. Jesús la dijo en un banquete al ser cuestionado sobre el ayuno de sus discípulos:
- Según Mateo el Evangelista 9; 14-17
También les contó esta parábola:
- Según Marcos el Evangelista 2; 18-22
- Según Lucas el Evangelista 5; 37-38
Interpretación de la Iglesia católica
Jesús trae un modo nuevo de relación con Dios que implica una regeneración total. Su espíritu es demasiado nuevo y pujante para ser amoldado a las viejas formas, cuya vigencia caducaba. Jesús no suprimió el ayuno, sino que, frente a la complicadísima casuística de la época que ahogaba la sencillez de la verdadera piedad, apuntó a la simplicidad de corazón. Jesús dice expresamente que sus discípulos «ya ayunarán». Será la Iglesia católica la que concretará en cada época, con los poderes que Dios le ha dado, las formas de ayuno, según el espíritu del Señor. San Agustín comenta:
Al acusar a los discípulos de relajamiento en las prácticas penitenciales, están acusando también a su Maestro. La respuesta de Jesús, bajo la imagen del esposo, insinúa que Él es más que un maestro: es el Mesías, pues una de las figuras con las que el Antiguo Testamento caracterizaba al Mesías era precisamente la del esposo [6] [7] Con esa imagen Jesús resalta sobre todo la alegría que supone su venida. No significa que las prácticas penitenciales hayan de cesar, sino que ante la presencia del Mesías quedan en un segundo plano. La respuesta de Cristo también declara las relaciones entre la Antigua y la Nueva Alianza. Cristo muestra la diferencia entre el espíritu que Él trae y el del judaísmo de su época. El espíritu nuevo no será una pieza añadida a lo viejo, sino un principio vivificante de las enseñanzas perennes de la antigua revelación:
En el Antiguo Testamento estaban prescritos algunos días de ayuno; el más señalado era el Día de la Expiación, el Yom Kippur [10] Moisés y Elías habían ayunado, y el mismo Señor ayunó en el desierto antes de comenzar su ministerio público. La acusación de los escribas y fariseos ofrece a Jesús la ocasión de exponer la condición de su persona y el alcance de su doctrina: la alegría que supone su presencia en el mundo hace que quede relegada para más tarde una práctica penitencial como el ayuno. Su doctrina exige odres nuevos: una penitencia interior más profunda, una renovación, y quien la reciba de este modo comprobará que esa doctrina es como el vino añejo, es decir, «mejor», y no querrá volver a su vida anterior. Pero el Señor no abroga el ayuno, sino que le da un sentido más profundo:
Otras interpretaciones
La parábola habla de la relación entre las enseñanzas de Jesús y el judaísmo tradicional.[13] Según algunas interpretaciones, Jesús les muestra su nuevo sendero, en contra de las viejas costumbres de los fariseos y sus escribas.[14] A principios del siglo II, Marción, fundador del Marcionismo, usó este pasaje para defender “una total separación entre la religión que Jesús y Pablo apoyaron, y la de las escrituras hebreas.”[15]
Otras interpretaciones dicen que es un mensaje de que Jesús ha traído algo nuevo, y que los rituales y las tradiciones del judaísmo oficial no pueden ser parte eso.[16]
Juan Calvino dijo en sus comentarios sobre Mateo, Marcos y Lucas[17] que los odres viejos y el vestido viejo representaban a todos los discípulos de Jesús, mientras que el vino nuevo y el trozo de tela nuevo representan la práctica de ayunar dos veces a la semana, y mencionó que ayunar de esta manera sería pesado para los nuevos discípulos, y más de lo que pudieran soportar.[18]
Véase también
- Parábolas de Jesús
- Separación del cristianismo primitivo del judaísmo
- Teoría del Reemplazo
- Llamada de Mateo
Referencias




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